Por: Margarita Bellas Vilariño, Nuria Pérez Matos y Jesús Dueñas.
Estimado Dr. Setién, ¿qué lo motivó a dedicarse en cuerpo y alma al ejercicio y desarrollo de la Bibliotecología?
Me motivó el haber tenido la suerte de casi iniciar mi vida laboral al triunfo de la Revolución, y por pura casualidad, en la Biblioteca Nacional, bajo la dirección de la doctora María Teresa Freyre de Andrade. Fue su amor por esta profesión y su ejemplo, más mi interés por la lectura, lo que me motivó para introducirme en el mundo bibliotecario y en la lucha para que Cuba contase con un sistema de bibliotecas como el que actualmente tiene. Y por situar a la bibliotecología cubana en el contexto científico que le corresponde, gracias a lo cual contamos hoy, no sólo con las bibliotecas antes aludidas, sino también con un cuerpo de bibliotecarios científicamente formados, capaces de impulsar la organización y los servicios de sus instituciones sobre bases objetivas. Y de introducir las rectificaciones oportunas en sus proyecciones de desarrollo.
¿Es la Bibliotecología en su opinión una ciencia, es arte, o sólo un apoyo al desarrollo intelectual, espiritual y científico de las personas?
Como se desprende de lo dicho en la respuesta anterior, y como expongo en diversos trabajos publicados al respecto, la Bibliotecología es una ciencia perteneciente al conjunto de las ciencias sociales. Enuncia y explica las leyes y regularidades propias del fenómeno bibliotecario. Está en la base de las técnicas gerenciales, procesales y de servicio que permiten a los bibliotecarios jugar el papel que les corresponde en la sociedad, no sólo como apoyo, sino como promotores del desarrollo intelectual, espiritual y científico de otras personas. La bibliotecología sustenta el trabajo creador del bibliotecario en lo referente a la constitución y organización de colecciones acordes con las necesidades del público que atiende, pero sustenta, fundamentalmente, su labor como impulsor del mejoramiento de conductas lectoras.
¿Qué representa para usted la Asociación Cubana de Bibliotecarios y qué cree usted que represente para los bibliotecarios en la actualidad?
Considero que la Asociación Cubana de Bibliotecarios representa en la actualidad el canal idóneo para que los bibliotecarios reafirmemos la personalidad profesional ante determinadas tendencias que proponen incluirnos dentro del genérico de profesional de la información. Es cierto que en la actualidad hay muchos tipos de profesionales de la información, pero existen especificidades en dependencia de las misiones sociales concretas que desempeña cada uno y que responden a principios teóricos diferentes. Un periodista es un profesional de la información, al igual que lo es un bibliotecario, pero las misiones de ambos son diferentes. Pudiera hablarse además de los múltiples profesionales que tendrían derecho a reclamar para sí la denominación de profesional de la información, si se tienen en cuenta las múltiples definiciones que existen del vocablo información (algunos dicen que son más de 1 500), y de ese concepto amplio de información que permite considerar como tal tanto lo que intercambian las personas, como lo que transita a través de los circuitos eléctricos o la que contienen los ADN.
Nos interesa conocer su opinión sobre la lectura y si cree que esta influye en el desarrollo personal del individuo. ¿Cree usted que las actividades que realizan las bibliotecas en general, contribuyan a fomentar la lectura en nuestro país?
El fomento de la lectura es indiscutiblemente la misión fundamental de todo bibliotecario. Es la labor que tiene como objetivo transformar las relaciones pasivas de los lectores con las obras que consultan en relaciones activas. Este cambio de actitud ante lo que se lee es indispensable, tanto para el disfrute estético de las obras de recreación y creación artística, como para generar nuevos conocimientos a partir del que se encuentra registrado en la inmensa variedad de documentos que las bibliotecas ofrecen, y para los que el origen etimológico de “biblio” ha adquirido una nueva connotación. Ya no se refiere al libro tradicional solamente, como en la antigua Grecia. Hay que recordar que estas instituciones son hoy las encargadas de conservar y trasmitir en el tiempo y en el espacio la información humana registrada en diferentes portadores, que se encuentran en constante evolución e innovación, y de promover su utilización. Lamentablemente hay algunos sectores de bibliotecarios que no han interiorizado todavía que están en función de fomentar la lectura, aunque de hecho lo hagan. Generalmente, cuando se habla de esta tarea, se piensa en las bibliotecas públicas y escolares solamente. Sin embargo, toda biblioteca que asuma sus funciones de manera dinámica, fomenta la lectura, aunque en ocasiones sus acciones no sean denominadas como promoción de lectura. Cuando se hace diseminación selectiva de la información, por citar un ejemplo muy propio de las bibliotecas especializadas, se está promoviendo lectura. Y existen otras formas más que pudieran considerarse. Creo que en este sentido la ASCUBI tiene que desempeñar también su papel. En la respuesta anterior hablé del papel de ASCUBI "hacia la sociedad", ahora me refiero a lo que considero que debe ser parte de su labor hacia el interior de la membresía.
Por último, querido profesor, ¿qué usted cree que debiera hacerse para motivar a los jóvenes a estudiar la carrera de Bibliotecología y Ciencias de la Información?
Lo más importante para lograr un buen bibliotecario depende básicamente de que se sepa inculcar a los niños y jóvenes, el valor que tiene la lectura, para lo que tanto la escuela como la familia son dos elementos fundamentales. Esto requiere una especial atención durante la adolescencia, cuando los intereses de la juventud comienzan a diversificarse extraordinariamente y tienden a alejarse de la lectura, aunque la hayan practicado desde niños. A partir de esa base indispensable, habría que motivar en los jóvenes la vocación de servir a los demás y, dentro de esa vocación de servir, la de hacerlo mediante el fomento y difusión de la lectura. Muchas veces se organizan en algunas bibliotecas círculos de interés bibliotecarios, pero en la mayoría de los casos se orientan más a las tareas organizativas de esas instituciones, que a su misión, eminentemente pedagógica, a favor de la lectura. Muchos niños y jóvenes ven en la biblioteca un lugar poco agradable que, por la disciplina que impone, limita sus intereses. De ahí que ellos —incluso luego como adultos— tengan una visión distorsionada de la función del bibliotecario. Catalogar y clasificar los documentos, organizarlos para facilitar su acceso real o remoto, a partir de los recursos que pone a nuestro alcance la telemática, son sólo medios que tiene a su disposición el bibliotecario, que debe saber aplicar y manejar para cumplir su hermosa e interesante misión como promotor de la lectura. La introducción de la asignatura de promoción de la lectura en la antigua Escuela Nacional de Técnicos de Biblioteca del Ministerio de Cultura fue una experiencia sumamente interesante y alentadora en este sentido, por el cambio positivo de actitud de los alumnos ante la profesión y por la comprensión de cómo todo el sistema de conocimientos que estaban recibiendo tributaba a esta misión. Hay que tener en cuenta, además, que sobre la lectura hoy día se tiene un concepto muy amplio. Se le considera como el proceso de recuperación y aprehensión de algún tipo de datos o ideas almacenados en un soporte y transmitidos mediante algún tipo de código, usualmente un lenguaje, ya sea visual, auditivo, electrónico o táctil, como el sistema Braille. Por lo que leer es comprender lo escrito en un texto, una representación gráfica, la notación musical, las pistas de audio de un CD, la información almacenada en un medio computarizado real o virtual. Eso es lo que habría que hacer comprender a quienes asisten a los círculos de interés, para motivarlos y motivarlos correctamente.
Entrevista tomada de la Revista Digital Librínsula.